Arte

Susana Blasco. Transformando el pasado a través del collage

La artista y diseñadora gráfica zaragozana, Susana Blasco, especializada en el arte del collage, fusiona elementos vintage, fotografías antiguas y objetos cotidianos para crear composiciones visuales únicas, cargadas de simbolismo y nostalgia.

Su enfoque multidisciplinar le ha permitido navegar entre el arte, el diseño y la ilustración. Con una estética profundamente personal, sus collages invitan a la reflexión sobre la memoria, el paso del tiempo y la conexión entre lo pasado y lo presente. En esta entrevista, nos habla sobre su proceso creativo, sus influencias y cómo ha logrado convertir fragmentos del pasado en arte contemporáneo.

¿Cómo fueron tus primeros pasos en el mundo del arte y el diseño? ¿Qué te llevó a explorar el collage como técnica principal en tu obra?
Mi trayectoria no ha sido muy directa y siento que me voy aproximando a las cosas un poco dando rodeos. Estudié dos carreras que no tenían mucho que ver con lo que hago y, al acabar de estudiar, decidí que quería trabajar en diseño, dándome cuenta con el tiempo de que la parte del diseño que más me gustaba era la ilustración, aunque no supiera dibujar, por lo que mi aproximación fue por medio de la fotografía. En los tiempos en que vivía en Londres, empecé a acumular fotografías antiguas que encontraba en mercadillos. Recuerdo que, estando allí, vi una exposición de John Stezaker, un artista que se dedica al collage, y fue entonces cuando se me ocurrió que podría hacer algo con las fotografías que había ido acumulando.

¿Cómo conseguiste hacer de esto una profesión?
Al principio, no era más que una afición, algo en lo que ocuparme sin tener que estar delante del ordenador. Lo empecé a compartir en redes sociales sin mayores pretensiones, pues mi carrera profesional iba por otros caminos, pero empezó a despuntar y adquirir notoriedad. Empezaron a llegar proyectos que tuvieron repercusión y, poco a poco, me fueron llegando encargos para exposiciones, libros… En la actualidad, casi le doy más importancia a esta disciplina que al diseño. Es donde más me veo a medio plazo.

¿Cuál es tu proceso creativo desde que tienes una idea hasta que la materializas en una obra?
Es un proceso muy largo. Cuando me preguntan cuánto he tardado en hacer un collage, respondo que años; desde los paseos en los que busco las fotos, los viajes, el ir acumulándolas y que pasen mucho tiempo guardadas en los cajones. El collage tiene algo de azaroso, aunque soy bastante meticulosa en el proceso. Una vez que sé con qué foto quiero trabajar, hago pruebas en digital y, para cuando empiezo con el proceso manual de intervención física sobre la imagen, ya sé cómo va a quedar.

Las imágenes vintage son la materia prima tu trabajo. Viendo la tendencia hacia lo digital, ¿crees que llegará un momento en que te veas con dificultades por la escasez de material con el que trabajar?
Sí he notado que, de unos años para acá, es cada vez más difícil encontrar revistas antiguas y sé que llegará un momento en que no se imprimirán más. Siempre trabajo sobre la fotografía original, por lo que sí podría llegar a ser un problema, pero tengo un buen archivo acumulado. Incluso hay gente que me regala álbumes de fotos antiguas y que yo voy guardando. Aunque ya no encontrara más fotos, tengo ya almacenadas una cantidad suficiente.

¿Dónde sueles encontrar inspiración para tus obras? ¿Te centras en la forma o buscas algo más que la estética en tus obras?
Quiero creer que sí. Si bien al principio fue un impulso muy espontáneo de querer producir, a medida que pasan los años veo que hay una razón de por qué artísticamente estoy trabajando en esos temas. Hago el camino inverso de ver qué quiero expresar a partir de las obras que he ido rea-lizado. Son temas que pivotan alrededor de la memoria, del paso del tiempo, de la memoria inventada, la vida, la familia… En mi caso, por ejemplo, no hay fotos de mis abuelas, algo que me da mucha rabia, y quizás sea desde donde parte mi trabajo, pues casi siempre trabajo sobre retratos de mujeres intervenidos geométricamente. En una conferencia alguien me dijo que creía que lo que estaba haciendo era autorretrato y puede que en los collages que realizo haya algo de ello, por eso de ser una persona muy meticulosa, muy obsesiva y también muy emotiva.

¿Qué artistas o movimientos artísticos han influido en tu estilo y enfoque? ¿Hay algún referente que siempre tengas presente en tu trabajo?
Somos fruto de lo que tenemos alrededor y mis influencias vienen de muchas cosas, desde la arquitectura a la repostería. Me gusta citar a Stezaker porque, cuando vi sus collages, entendí que se podía expresar mucho con ideas muy sencillas y creo que mi evolución ha ido tendiendo a buscar esa simplicidad de motivos, con lo que consigo expresar mucho. No suelo fijarme demasiado en gente que hace cosas similares a mi obra y sí suelo aprender o dejarme influenciar por otros artistas que crean desarrollando su trabajo en otras disciplinas.

¿Hay algún proyecto o colaboración en particular que haya sido especialmente significativo para ti y un proyecto personal del que guardes un buen recuerdo?
Recuerdo con cariño el trabajo que hice para la Bienal de Pensamiento en Barcelona donde me encargué de todo el diseño y en la que me pidieron que la ilustración fuera uno de mis collages. Era un evento muy importante para el que me dieron todo tipo de facilidades y en el que, durante varias semanas, mi trabajo tuvo visibilidad en muchas calles de Barcelona.

A nivel artístico, me gustó especialmente el que pude hacer para Getxophoto. Fue muy emocionante que me llamaran por ser muy fan de ese festival, al que voy cada año desde que vivo en Bilbao. El trabajo se exhibió en la fachada del edificio del Mercado de Getxo, en el que intervine con imágenes —escaneadas en este caso— del archivo fotográfico de Fototeka de la Fundación Kutxa.

¿Qué retos y oportunidades ves para el futuro del arte y el diseño gráfico en la era digital? ¿Cómo ves el futuro de la creación con imágenes a partir de escritura?
Sí, es algo que va a afectar nuestra vida de maneras que ahora mismo ni imaginamos. Ha sido la mayor irrupción tecnológica a la que hemos asistido desde la irrupción de Internet. Estoy un poco expectante y a la vez un poco aterrorizada. Se abre un abismo que da un poco de miedo, pero al mismo tiempo lo veo como una oportunidad, siempre que los creadores sepamos demarcar nuestro lugar e importancia. Es una herramienta que abre muchas posibilidades y mucha gente hará arte a partir de ello, aunque, ahora mismo, es una tecnología algo limitada para ello porque las imágenes que genera aún son más bien horribles.

www.susanablasco.com

Texto: David Tijero • Fotos: Cedidas por Susana Blasco
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